La pequeña aldea de Los Loros, por su tamaño, no deja registros o crónicas históricas de gran relevancia, pero sí queremos dar a conocer su comarca, entorno y la región donde se haya ubicado el pueblo.

LOS PRIMEROS POBLADORES DE LA ZONA

Los Loros es un pueblo ubicado a unos 1.235 metros sobre el nivel del mar, en la zona occidental de la sierra de Gredos. Su ubicación, protegido al norte por la ladera de una montaña, permitía el aprovechamiento cinegético y agrícola del fértil valle formado por la garganta del Endrinal, hacia el sur del pueblo.

Sin embargo, la altitud del lugar invita a pensar que el establecimiento de los primeros pobladores en la zona llegó a ser tardío, dadas las duras condiciones para la vida humana. Los estudios sobre los glaciares del Sistema Central (1) indican que éstos alcanzaron su máxima extensión en el año 26.160 a.C., que correspondió a un periodo frío ocurrido entre hace 25.000 y 29.000 años.

Los glaciares más cercanos al pueblo de Los Loros correspondían a los glaciares Duque-Trampal (actualmente se encuentran las lagunas del mismo nombre), así como el glaciar del Endrinal (también es el nombre del río más cercano a Los Loros con caudal durante todo el año).

Más abajo, dirección este, se encontraban los valles formados por distintos ríos, destacando el río Aravalle. La flora y la fauna se fue incrementando con el tiempo, gracias a las mejores condiciones climáticas y la elevada humedad.

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La primera civilización compleja en la zona de la que se tiene constancia es la de los vetones (vettones en latín), una cultura prerromana con características de los celtas (2). Este pueblo, además de sus rasgos lingüísticos, poseen elementos identitarios comunes en la elaboración de cerámicas y otros utensilios. Una de sus características más llamativas era la de esculpir y erigir verracos de piedra, unas esculturas con forma de toro o cerdo gigante cuyo significado, quizás con objeto de rituales religiosos o mágicos, aún es controvertido (3).

vetones

A pesar de la gran importancia que tenía la ganadería y la búsqueda de pastos, en los años 500-400 a.C. estos pueblos ven incrementado su sedentarismo gracias a la aparición de mejoras en la agricultura y procesos de deforestación para ampliar las zonas de cultivo. Un ejemplo de los cambios producidos es el aumento de los castros (poblados fortificados de la II Edad del Hierro), así como la aparición y sofisticación de las joyas, armas y adornos. Este aumento de la producción trajo intercambios comerciales y culturales que llevó la prosperidad a estos pueblos.

Los Loros se encuentra en el centro de la zona que se conoció posteriormente como Vetonia (en azul en el mapa inferior), un lugar que hace referencia al espacio en el que habitó esta cultura.

Vetones

A unos 2 kilómetros de Los Loros, en línea recta, está la carretera nacional N-110, que ya fue un vía de tránsito desde los tiempos más remotos, pues aprovecha la depresión entre los valles del Jerte y el valle formado por los ríos Aravalle y Tormes facilitando el paso entre la Meseta y la actual Extremadura (4).

A lo largo de esta vía existieron distintos asentamientos pertenecientes a la cultura vetona. A 7 kilómetros de Los Loros podemos encontrar la localidad de El Barco de Ávila, su actual castillo fue construido en el lugar donde se encontraba un castro vetón, que fue posteriormente destruido por los romanos.

Algo más lejos, a 20 kilómetros de Los Loros, se encuentra el Cerro del Berrueco, donde estuvieron enclavadas varias poblaciones vetonas de cierta importancia, existiendo en la actualidad el yacimiento arqueológico de las Paredejas (5).

Con estos datos, es muy probable que por la zona de Los Loros y los actuales pueblos cercanos deambularan grupos humanos desde la época del neolítico. Por ejemplo, a pocos kilómetros de Los Loros está la Cruz Serenita, ubicada sobre un lugar que tiene características similares a yacimientos de municipios cercanos.

Cruz Serenita, cerca del pueblo de Solana de Ávila

Los vetones dejaron para la posteridad la actual comarca dividida en cincuenta y cuatro aldeas o clanes, que se agrupaban en cuatro cuartos. Todos ellos pertenecían al castro del actual pueblo de El Barco de Ávila . Uno de ellos era el Cuarto de Santa Lucía (con su nombre actual), donde está la ubicación actual de Los Loros.

LA ÉPOCA ROMANA

Con la división romano-cartaginesa de España, Vetonia quedó adscrita en la Hispania Ulterior. El dominio previo de los cartagineses en esta zona fue bastante precario, ya que no se tiene constancia de que llegaran a cobrar tributos.

Con la llegada de los romanos a la zona la cultura de los vetones se fue difuminando. En el año 61 a. C., Julio César fue nombrado gobernador de la Hispania Ulterior, donde se ubica nuestro pueblo. Julio César consiguió introducir ciertos cambios para asegurar la zona, a través de acuerdos, ofensivas, concentración de poblaciones y la prohibición de la construcción de murallas. De esta manera muchos poblados vetones fueron abandonándose. No hay restos de una fuerte resistencia ante la ocupación romana. De ese modo, poco a poco, comenzó el proceso de integración en la República Romana.

Conquista

El 13 de enero del año 27 a.C., Augusto dividió la Península en tres provincias: Tarraconense, Baética y Lusitania, siendo esta última provincia a la que perteneció la zona donde ahora se ubica Los Loros. Las posteriores modificaciones provinciales no alteraron este hecho. La capital de la provincia desde Augusto fue Emérita Augusta (actual Mérida), fundada por el propio emperador.

augusto

Durante la época del Imperio, el pueblo de los vetones, como tal, fue desapareciendo e integrándose en la cultura romana. No obstante, tenemos datos de que formaron parte del ejército romano en la conquista de Britannia, a través del Ala Hispanorum Vettonum, una unidad que fue integrada en el ejército romano por el emperador Claudio (en la década de los años 70 d.C.).

Con los años, la llegada de pueblos más allá de las fronteras del Imperio, conocidos como bárbaros, desestabilizaron el orden y la seguridad que había habido hasta ahora. Roma, en franca decadencia, no tuvo otra que aceptar la nueva realidad y buscar acuerdos con ellos.

Fue el pueblo de los Alanos, de origen iranio, el primero que quiso asentarse en la provincia de Lusitania. En el año 412, el rey alano Ataces conquistó la ciudad de Emérita Augusta (Mérida) y estableció en ella su corte durante seis años, hasta que en 418 murió en una batalla contra los visigodos, pueblo aliado de Roma. Fue el rey godo Walia, quien en el 419, en nombre de Roma, terminó de expulsar a los Alanos.

A partir de la batalla de los montes Nervasos, los Suevos ocuparon la Lusitania gobernando esta zona desde 429 al 456. Después de guerras, saqueos y conflictos, el dominio de este pueblo bárbaro llegó también a su fin con la victoria definitiva de los visigodos.

LA EDAD MEDIA

Al desaparecer en el año 476 el Imperio Romano de Occidente el reino visigodo, con capital en la actual ciudad de Toulouse, se transforma en un Estado totalmente independiente. En el año 585, Leovigildo consiguió dominar toda la península, situando la capital en Toledo. El lugar donde se asienta el pueblo de Los Loros siguió perteneciendo a la provincia de la actual Mérida, pues se mantuvo la división administrativa romana.

De la época visigótica tenemos documentado en el municipio un sarcófago monolítico en granito, que puede ser atribuido a este momento cultural o al inmediatamente posterior. En el lugar se encontraron fragmentos de cerámica de pastas poco decantadas con cocciones reductoras o mixtas (6).

El pueblo de los godos vio su fin con la llegada de los árabes, que inicialmente dividieron la Península en dos provincias, Citerior y Ulterior. Los Loros perteneció a esta última. En el futuro pasaría a incorporarse al reino árabe de Toledo, hasta que se constituyó el Califato de Córdoba.

Con Alfonso VI de León y de Castilla, los ejércitos cristianos conquistan Toledo en 1085. Es una época que va a comenzar el comienzo de la repoblación de la comarca donde se sitúa el pueblo de Los Loros, zona fronteriza de gran importancia. Dicho territorio se incorporó al Reino de Castilla, aunque también formó parte del Reino de León en otros momentos.

Durante estos años los grandes concejos se fueron posicionando a lo largo de la línea del sur del Duero. El Sistema Central, con Ávila como principal bastión en esta zona, será una defensa natural que había que potenciar. Nuestra zona sería conquistada por el concejo abulense, buscando mayor poder para sí y para su obispado.  Pasará a regir la zona el Adelantado Mayor de Béjar. Béjar entonces correspondía a Castilla.

En 1193 Alfonso VIII establecía de forma oficial los límites civiles y eclesiásticos entre los alfoces y obispados de Ávila y Plasencia en la divisoria de aguas entre el río Aravalle y el río Jerte. Más adelante, en 1209 fijó los límites entre Ávila y el nuevo concejo de Béjar. Estas divisiones consiguieron que gran parte del actual municipio de Solana de Ávila pasara a formar parte de la tierra de Béjar y de la diócesis de Plasencia (mapa inferior en naranja).

mapa

Inicialmente la Tierra de Béjar estuvo dividida territorialmente en dos cuartos (Cuarto de Arriba y Cuarto de Abajo) pasando posteriormente a cuatro cuartos: Cuarto de Abajo, Cuarto de Valvaneda, Cuarto de la Sierra y  Cuarto del Campo. Los Loros, quizás ya con sus primeros habitantes, perteneció al Cuarto de la Sierra. Esta zona dependió hasta el siglo XIX del duque de Béjar y hasta el año 1959 del obispo de Plasencia.

LA EDAD CONTEMPORÁNEA

Con la división de Floridablanca de 1789, la zona se mantuvo en la provincia de Salamanca. La división provincial que se mantiene actualmente fue realizada por Javier de Burgos en 1833. En esta última remodelación pasaron a Ávila los pueblos que pertenecían al Cuarto de la Sierra de Béjar, incluyendo Los Loros, anejo del cercano municipo de Santa Lucía, donde se encontraba la iglesia y la casa consistorial.

En el Siglo XX, el 2 de julio de 1916, Santa Lucía pasa a denominarse Santa Lucía de la Sierra. Es en esta primera mitad de centuria cuando se acometen intentos de modernización en la zona. En 1922 se construye el embalse de El Duque para empezar a abastecer a los pueblos cercanos con electricidad.

Con la llegada de la II República, en 1931, el proceso de escolarización pública y alfabetización se intensifica. Los Loros carecía de escuela debido a su reducido tamaño, así que los niños acudían al cercano pueblo de Santa Lucía de la Sierra, capital del municipio. Se sabe que en esta época (censo de 1930) Los Loros posee 56 habitantes de hecho y 68 de derecho. Tampoco había tiendas en Los Loros, los vendedores ambulantes eran los encargados de suministrar productos como el vino o el aceite.

Foto en la fuente de Los Loros. Finales de los años 50.
Mª Dolores Cruz, una niña de Los Loros.

Las fiestas y las tradicciones de Los Loros estaban muy relacionadas con las de su capital, Santa Lucía de la Sierra, que tiene sus fiestas la tercera semana de agosto. Sus patronos son San Antonio y Santa Lucía. Se celebra una misa y se subastan los banzos para sacarlos en procesión con la dulzaina. Por la noches se celebra el baile en la plaza. Es también en este pueblo donde estaba el médico y el servicio postal (7).

La luz llegó por primera vez al pueblo gracias al cercano molino de Leoncio (hoy en día en ruinas), ubicado entre Los Loros y el pueblo de Los Mazalinos. No obstante la luz debía interrumpirse cada vez que se usaban las funciones propias de molino harinero.

Molino de Leoncio, finales de los años 80 (fotografía de Emilio Aracil)

En 1977 Santa Lucía de la Sierra, con sus anejos, entre ellos el de Los Loros, se integra en el municipio de Solana de Béjar, con la Casa Consistorial en este término. En 1979 el municipio cambió de nombre para pasar a denominarse Solana de Ávila, para hacerlo más acorde con la nueva realidad. Nombre que conserva en la actualidad y al que pertenece el pueblo de Los Loros.

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División municipal actual de la provincia de Ávila. En rojo el municipio de Solana de Ávila.

Es en la segunda mitad del Siglo XX cuando se produce una fuerte despoblación de la zona, alcanzando un nuevo mínimo de habitantes con el nuevo cambio de siglo. La emigración, las nuevas oportunidades y las mejoras tecnológicas consiguen que la economía tradicional de la zona deje de ser productiva.

Pueblos cercanos, como Los Cerrudos, Casas de la Sierra, etc. terminarán deshabitados, siendo actualmente lugares muy pintorescos que merece la pena visitar. De estos hechos y cambios se hizo eco El Diario de Ávila que publicó, el 12 de diciembre de 1980, un reportaje con el último vecino de Casas de la Sierra: Paulino Sánchez Gil, empadronado actualmente, junto a su mujer, en Los Loros.

Un último apoyo a la economía agrícola tradicional lo constituye la finalización de el embalse de Santa Lucía, a un kilómetro escaso de Los Loros, construido en el curso de la garganta de El Endrinal, cuya obra finalizó a finales del año 1991.

Por otro lado, otro hito importante, ocurrido en 1996, fue que la Junta de Castilla y León, crea el Parque Regional de la Sierra de Gredos, quedando el pueblo de Los Loros dentro de su área. La extensión global del parque regional es de 86.236 ha.

A principios del siglo XXI el municipio de Solana de Ávila sufrió dos incendios muy graves, afectando al entorno del pueblo. El primero fue en agosto de 2003 y en él se quemaron entre 6.275 y más de 8.000 hectáreas. En agosto de 2012 se quemaron más de 1.000 hectáreas de terreno de pasto y matorral. Fue necesaria la intervención de la UME. Gran parte del cercano pueblo de Casas de la Sierra, ya despoblado, quedó arrasado. Posteriormene, un nuevo incendio, en octubre de 2020, ocurrió sin grandes daños que lamentar.

La economía tradicional fue dando paso a otras alternativas de desarrollo a través del turismo rural. En los años 90 del Siglo XX se rehabilitan las 4 primeras casas rurales del pueblo y, posteriormente, se incorpora un apartamento de uso turístico (más tarde convertido también en casa rural). En 2018, Tan Campantes adquiere dichas propiedades e incluye una sexta casa.

La apuesta por el valor natural de la zona se potenció con un proyecto pionero en Europa: Un río artificial de 1,8 km que bordease el embalse de Santa Lucía, salvando más de 30 metros de altura, y que quedase integrado en el entorno ecológico. De esta manera se pretendía dar continuidad a la garganta de El Endrinal. Los peces y las especies de la zona en peligro de extinción, como el desmán ibérico, podían tener un paso a lo largo de todo el río, salvando el obstáculo que, hasta ahora, suponía el Embalse. La tecnología, con la monitorización electrónica de las especies, supone un complemento para el conocimiento y el control de la fauna acuática y anfibia del lugar (8). La obra terminó en octubre de 2019 (9).

Los Loros, y sus alrededores, por su alto valor ecológico, paisajístico y entorno pintoresco están llamados a convertirse en un lugar donde dar cabida a un turismo responsable que busca desconectar de lugares masificados o conseguir una inmersión en la naturaleza. La apuesta por este nuevo modelo de ocio se ve apoyado con el otorgamiento, en noviembre de 2020, del certificado starlight, que se otorga a las zonas idóneas para la observación del cielo nocturno debido a su baja contaminación lumínica.

En abril de 2021 el pueblo de Los Loros fue escenario del rodaje de las escenas de la película En el lugar de la libertad, dirigida por Raúl Acebes. Este largometraje es una apología a la vida y a la muerte, a la despoblación y al entorno rural.

FUENTES DE INFORMACIÓN:

  1. https://bib.irb.hr/datoteka/816757.157.pdf y https://eprints.ucm.es/31124/1/30.pdf
  2. Almagro Gorbea, Martín (2008). «Celtas y vetones»  ISBN 978-84-451-3171-8.
  3. Sánchez Moreno, Eduardo (2000). Vetones: historia y arqueología de un pueblo prerromano. Cantoblanco (Madrid): Ediciones de la Universidad Autónoma de Madrid (Colección de estudios; 64).
  4. Álvarez Rojas, Antonio y Juan Gil Montes, “Aproximación al estudio de las vías de comunicación en el primer milenio antes de Cristo en Extremadura”, en Trabajos de Prehistoria, 45 (1988), pp. 305-316. DOI: https://doi.org/10.3989/tp.1988.v45.i0.618
  5. Fabián García, J. Francisco (2005). Castro de Las Paredejas, Medinilla, Ávila. Ávila:IGDA, Cuadernos de Patrimonio Abulense nº 7. ISBN 84-96433-15-3.
  6. Hernández Sousa, J. M. (2019). Paisajes culturales de la Antigüedad en los valles del Tormes y del Corneja (Ávila). Revista Historia Autónoma, (14), 11–35. https://doi.org/10.15366/rha2019.14.001
  7. Información de Santa Lucía: https://acortar.link/vwCBh
  8. Noticia: https://acortar.link/cCjjY
  9. Noticia: https://acortar.link/8QhF